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La crisis sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus ha afectado a todos los sectores de actividad. En el caso del ferrocarril nos encontramos con que el modo de transporte masivo por excelencia es, además, un sector estratégico desde el punto de vista social y económico, por ello las medidas adoptadas en estas circunstancias han puesto a prueba a administraciones, reguladores, gestores de infraestructura, operadores e industria.

Antes de la declaración del estado de alarma decretado el 14 de marzo se pusieron en marcha las primeras medidas, basadas en directrices del Ministerio de Sanidad. Se adaptaron y revisaron los protocolos de actuación existentes en relación con el transporte y se implantó un procedimiento de actuación para los probables casos en el ámbito ferroviario.

El estado de alarma supuso la herramienta para hacer frente a la crisis sanitaria, reduciendo la movilidad de los viajeros y garantizando el abastecimiento. El Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 reducía los servicios, establecía la obligación de realizar limpieza diaria de los vehículos de transporte, la inclusión de mensajes en los sistemas de venta de billetes desaconsejando el viaje y la necesidad de adoptar la máxima separación posible entre los viajeros.

En el caso de los servicios ferroviarios sometidos a Obligación de Servicio Público, la oferta de media distancia y media distancia Avant se reducía a la mitad y los servicios de Cercanías se mantenía. El 15 de marzo Renfe comunicó el aplazamiento de manera indefinida de los nuevos servicios Avlo.

Para los servicios de titularidad autonómica o local se facultaba a las autoridades territoriales a fijar los porcentajes de reducción de los servicios y a establecer condiciones específicas para su prestación y se les solicitaba información sobre la evolución de los índices de movilidad.

En cuanto a los operadores de servicios esenciales debían asegurar la prestación de dichos servicios para asegurar el abastecimiento de la población.

En las Cercanías se diseñó un plan de actuaciones selectivas inmediatas para evitar acumulación de pasajeros con el incremento de frecuencias en hora punta y refuerzo del control de flujo de pasajeros en andenes, coches, vestíbulos y exteriores de la estación. Para ello se contó con la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en las estaciones de Atocha, Chamartín, Sol y Nuevos Ministerios, en el núcleo de Madrid. La UME también colaboró en las labores de limpieza e higienización de las principales estaciones de la red y en desinfecciones especiales en zonas donde se detectaron casos de coronavirus.

Las medidas fueron evolucionando según el desarrollo de la pandemia y atendiendo a la normativa y a las recomendaciones establecidas por el gobierno. De esta manera los servicios de transporte de viajeros se fueron reduciendo, al 70 por ciento para media distancia y Avant, y al 20 y 50 por ciento en Cercanías, en hora valle y hora punta.

Ante la falta de actividad se suspendió el pago de alquileres en los locales comerciales de Adif y Adif Alta Velocidad y en inmuebles y terrenos no ubicados en estaciones que hubieran tenido que cerrar como consecuencia de la crisis. También se congeló el cobro del alquiler de locomotoras a las operadoras de mercancías sin actividad durante este periodo de tiempo.

Esta reducción de actividad se amplió a partir del 29 de marzo, cuando por Real Decreto Ley se redujo la actividad a lo estrictamente esencial con el fin de regular la movilidad. De acuerdo a esta nueva regulación, la actividad ferroviaria de ámbito urbano y periurbano se redujo a los niveles similares a los de fin de semana. En cuanto a la obra pública ferroviaria se redujo a la esencial para la vigilancia de las obras y evitar la ruina de la obra en ejecución.

Cuando finalizó este periodo se aumentaron las frecuencias de los servicios de Cercanías para asegurar el distanciamiento social ante un previsible aumento de desplazamientos. Se tomaron medidas preventivas como la reserva de trenes y maquinistas en puntos estratégicos de la red, la movilización del personal y el refuerzo de la vigilancia en trenes y estaciones. Se repartieron diez millones de mascarillas a usuarios del transporte público.

Adif y Renfe implantaron nuevas medidas para evitar aglomeraciones en las estaciones, centradas en la información al usuario y la colocación de indicadores para mantener la distancia de seguridad en salas de embarque, control de equipajes, y zonas de venta y atención al cliente. Renfe puso en marcha el billete personalizado en todos los canales de venta para los servicios comerciales con reserva de plaza.

La actividad global de usuarios en el ferrocarril durante el periodo desde el 12 de marzo hasta el 27 de abril descendió en el 98 por ciento y el 90 por ciento en Cercanías.

El 28 de abril se presentó el plan de desescalada que implicaba el incremento de la movilidad y de la oferta de manera gradual, estudiando alternativas entre los distintos modos de transporte y el impulso de transporte individual y la gestión de la demanda teniendo en cuenta el decalaje de horarios de la jornada laboral, el fomento del teletrabajo, el control de acceso al sistema de transporte y la seguridad durante los trayectos. Se implantaron nuevos itinerarios para el movimiento de los viajeros en las estaciones y se implantó la obligatoriedad del uso de mascarilla en el transporte. Además de regular las condiciones de ocupación de los vehículos.


Para asegurar el correcto cumplimiento de las normas se ha emprendido una campaña de comunicación en redes sociales para concienciar a los usuarios del cumplimiento de estas recomendaciones y medidas establecidas, haciendo del transporte ferroviario un modo de transporte seguro.

A partir de la llegada de la “nueva normalidad” Renfe ha ido adaptando diferentes procedimientos para proteger la salud de los trabajadores y de los viajeros. Se han modificado los protocolos de embarque y desembarque en los servicios de media y larga distancia.

Se estableció la devolución del 100 por cien del importe de los billetes suspendidos durante el periodo de alarma.

En los trenes se han realizado tareas de limpieza y desinfección, al igual que en las instalaciones, con productos desinfectantes específicos . Las taquillas solo admiten el pago de billetes con tarjeta desde el 27 de marzo.

Renfe y el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) habilitaron tres trenes medicalizados, unidades Talgo 730, para trasladar pacientes de una comunidad a otra y se ofrecieron plazas gratuitas para trasladar a personal sanitario por motivos laborales. Se transportó en AVE desde Barcelona hasta Madrid piezas para un protocolo de respirador artificial y se han donado mantas y sábanas al hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Renfe puso en marcha su campaña “Siempre hay luz al final del túnel“ para trasladar un mensaje de esperanza y apoyo emocional ante la crisis del coronavirus mediante spots emitidos en medios de comunicación

Para los trabajadores, en las áreas de viajeros, mercancías y mantenimiento están desarrollando un intenso trabajo para dotar de los elementos de protección. Se ha lanzado un servicio de apoyo psicológico siguiendo las recomendaciones del Colegio Oficial de Psicólogos para ayudar el posible malestar generado por la situación actual y prevenir la aparición de futuros problemas psicológicos. El consorcio de empresas e industrias ferroviarias, Railgrup, junto con el Instituto de Investigación en Seguridad y Factores Humanos, han realizado un estudio sobre el impacto de la crisis del coronavirus sobre los trabajadores del sector ferroviario.

Adif ha intensificado las medidas de higiene en sus estaciones, incrementando las frecuencias de limpieza de superficies de contacto y de aseos. Con el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias se han llevado a cabo actuaciones complementarias de desinfección en todas las estaciones y otras instalaciones críticas del gestor de infraestructuras.

Como medida preventiva se ha reducido la presencia de trabajadores a los estrictamente necesarios, el establecimiento de áreas de acceso restringido para limitar las zonas de exposición y la suspensión de servicios presenciales como reclamaciones, consignas y objetos perdidos.

Adif ha incidido en la instalación de carteles informativos con recomendaciones sanitarias de higiene y otros que recuerdan la necesidad de distribuirse a lo largo del andén y en el interior de los trenes y de no compartir ascensores con otros viajeros. Se han instalado marcas en los andenes de las estaciones y pegatinas en las puertas.

En las estaciones de Madrid Chamartín y Barcelona Sants se han establecido nuevos itinerarios para separar los flujos de entrada y salida de viajeros a la estación y se han señalizado los itinerarios para el tránsito y espera en las principales estaciones de Cercanías.

(Texto tomado de la revista Vía Libre mayo-junio 2020)

Teniendo en cuenta que esta crisis ha afectado de manera global a todos los países, la Asociación Internacional de Ferrocarriles (UIC) decidió crear un grupo de trabajo especial formado por empresas miembros de UIC, expertos y otras asociaciones y actores internacionales, con el fin de trabajar juntos para encontrar formas de responder a esta crisis desde el sector ferroviario.

Los confinamientos adoptados en todos los países han requerido la restricción del movimiento de personas, con la excepción de los trabajadores esenciales. Durante los confinamientos los gobiernos dejaron claro que los ferrocarriles eran un servicio esencial, por lo que la mayoría de los miembros de la UIC han mantenido al menos un servicio mínimo, llegando en algún caso al 90 %.

Los confinamientos han ido de la mano del cierre de fronteras al tráfico internacional de viajeros, manteniéndose las fronteras abiertas para el tránsito de mercancías. Se detuvieron muchos trenes internacionales, pero se mantuvieron los trenes regionales en las regiones transfronterizas, ya que algunos trabajadores esenciales viven en un país, pero trabajan en otro. Además, aunque las fronteras estén cerradas, a los ciudadanos de un determinado país se les permite regresar a su país de origen por ferrocarril. Ciertas compañías internacionales como Eurostar y Thalys continuaron prestando servicio de pasajeros en una capacidad limitada y de acuerdo con las autoridades para repatriar a las personas.

En cuanto al cierre de estaciones varió de un país a otro, pero si se cerraron muchas tiendas y servicios en las estaciones. En los casos donde hubo mucha contaminación por Covid como Wuhan, en China o en Lombardía en Italia si se cerraron las estaciones.

El transporte ferroviario fue considerado como un actor clave para asegurar el aprovisionamiento de productos esenciales como alimentos, carbón y material sanitario durante el confinamiento, y aunque no hubo restricciones a la carga, el tráfico de mercancías se redujo durante este periodo. En los cruces fronterizos los conductores, que habitualmente debían llevar documentos oficiales, tuvieron vía libre para garantizar que se pudiera viajar sin demora. Incluso las compañías han adaptado el plan de transporte a la demanda del mercado y proporcionar capacidades adicionales para transportar bienes esenciales.

La mayoría de las empresas han implementado protocolos para la desinfección de vagones e incluso para los productos.

Otro aspecto importante para todas las empresas es cuidar del personal y asegurarse de que trabajen de manera segura. Los empleados están equipados con líquidos desinfectantes y dispositivos de protección personal. Todas promovieron y continúan implementando medidas para facilitar el distanciamiento social, el teletrabajo, el escalaje en los horarios de entrada y salida y medidas de organización y prevención en la circulación de personal, en las reuniones o en los comedores de empresa.

El ferrocarril ha jugado un papel primordial en el apoyo al sector sanitario. La conversión de trenes de alta velocidad en trenes medicalizados es una iniciativa que comenzó y se probó en Francia en mayo de 2019. SNCF ha podido utilizar sus trenes de alta velocidad de dos pisos para transportar a pacientes positivos del Covid 19, desde el este del país, donde los hospitales estaban al límite de su capacidad hasta el oeste del país, donde los hospitales tenían espacio. En general, el piso inferior del tren se usaba para el transporte de los pacientes, que permanecieron en camillas colocadas encima de los asientos ya existentes, y el piso superior era utilizado por el personal médico y de seguridad. Cada tren puede transportar 28 pacientes enfermos, 50 cuidadores y 10 toneladas de material médico. Otro ejemplo es el de los ferrocarriles indios donde se utilizó el material rodante como salas de aislamiento sobre raíles, creando 320.000 camas adicionales. En china, personal médico de todo el país llegó a Wuhan en tren para brindar asistencia médica.

El transporte de mercancías se ha utilizado en Kazajstán (KTZ Express) para organizar el transporte de 226 casas móviles que se utilizaron en la construcción de un hospital prefabricado.

La mayoría de las empresas ferroviarias han establecido un grupo de trabajo dedicado a abordar los desafíos que plantea la crisis del coronavirus, tanto a nivel estratégico como para las operaciones cotidianas. Este grupo interactúa con los gobiernos para la toma de decisiones y la adopción de las medidas de manera unificada.

Se han adoptado diferentes medidas para detener la dispersión del virus creando nuevos protocolos de limpieza o un protocolo para la actuación frente a casos sospechosos. En muchos países se han establecido nuevos sistemas de reservas para los viajeros y han limitado la capacidad del tren en un nivel inferior.

La propia UIC ha creado el grupo de trabajo task force para elaborar informes y documentos relacionados con las medidas adoptadas, como el informe Railsilencia. De cómo el sector ferroviario ha hecho frente al Covid-19 durante el confinamiento. o Gestión del Covid-19. Railsilencia, de nuevo en marcha en el que se analiza el impacto económico del Covid-19 en el transporte ferroviario. Debido a la gravedad de los confinamientos, las restricciones de viaje asociadas y la recesión global que se prevé la UIC plantea dos escenarios de recuperación para pasajeros y mercancías con recuperaciones lentas y rápidas.